No pretendo entender todas las complejidades del desarrollo del individuo o de la sociedad humana. Pero sé que muy pocas personas están conformes con el mundo actual. También sé que con autoestima, nuestro espíritu se siente libre para expresarse como es: positivo, proactivo, creativo y amoroso.
En consecuencia, y sabiendo que cada vez hay más personas haciendo esfuerzos para mejorar su autoestima y el trato hacia sus hijos, me atrevo a soñar con un mundo mejor. En esta entrega te invito a soñar conmigo.
Un mundo creado por individuos con autoestima tendrá, entre otras, las siguientes características:
• Lo que hoy en día se denomina «el parto alternativo» sería lo normal para la mayoría de las mujeres.
• Existiría una Licenciatura para Padres, que consistiría en un programa educativo que tendría una duración mínima de dos años y cubriría las siguientes áreas de aprendizaje:
- Psicología infantil para comprender el comportamiento de los niños y cómo evitar los excesos y las carencias en la satisfacción de sus necesidades.
- Psicoterapia para sanar las heridas emocionales que puedan afectar negativamente su comportamiento y para evitar que repitan la programación que recibieron.
- Entrenamiento en la firmeza respetuosa como método para poner límites a los niños.
- Entrenamiento en la convivencia en pareja.
• Para motivar a los padres a participar en estos estudios, los que concluyan exitosamente el programa recibirían ventajas económicas, por ejemplo un bono por cada hijo o menos impuestos.
• Las personas que quieran trabajar en esta profesión, tendrán que pasar por una selección rigurosa, pero serán los profesionales que gocen del mayor respeto y estatus en la sociedad. Además serían los mejores pagados. La formación de los educadores de todos los niveles incluiría la psicoterapia y la meditación.
• El sistema educativo estaría rediseñado e inspirado en los paradigmas de los pedagogos Steiner en Suiza y Montessori en Italia. En los primeros años, los educadores simplemente observarían a los niños en diferentes actividades para detectar sus inclinaciones y talentos. Los niños asistirían a un curso básico donde aprenderían a leer y a escribir, y donde recibirían los conocimientos fundamentales en materias como matemática, historia, geografía y biología. Además comenzarían con el inglés, que los acompañará hasta que se gradúen.
• Cuando se haya definido su «perfil de talentos», cada alumno iniciaría un «programa de especialización» en el área donde ha mostrado destrezas, sean físicas, manuales o intelectuales. Intercaladas con estas materias, el joven recibiría clases de temas relacionados con el arte de vivir: destrezas sociales y emocionales como la comunicación, solución de conflictos, manejo de diferencias, la empatía, el trabajo en equipo, la sexualidad, la expresión de sentimientos, el equilibrio y la ética.
• Con su conducta, los profesores modelarían un liderazgo democrático y, en la medida en que los alumnos crezcan, recibirían entrenamiento en el sistema democrático y participarían cada vez más en la toma de decisiones en asuntos que les afecten en el colegio.
• En el campo espiritual, el alumno estudiaría la historia de la filosofía y de las diferentes religiones para tener una visión amplia y algún día poder decidir libremente su propio camino. Se habría eliminado cualquier paradigma que genere culpa, miedo o vergüenza.
• Las unidades educativas trabajarían en estrecha relación con los padres, desde el maternal hasta el bachillerato. En el programa para padres, ellos ya habrían sido preparados y motivados para participar activamente en el proceso educativo de sus hijos.
• Ser madre o padre sería considerado un privilegio y un honor. La sociedad y las empresas habrían creado un sistema que permitiría que las madres se quedaran el primer año en la casa con el recién nacido. Luego, ella o su marido podría trabajar medio tiempo hasta que el niño tenga tres años de edad.
• Nadie trabajaría más de seis horas diarias.
Además:
• Por recibir una socialización y educación más humana, los individuos tendrían una memoria emocional menos cargada y por eso serían físicamente más saludables. Los sistemas colectivos de salud trabajarían con mayor facilidad y menos presión porque habría menos enfermos. Por la misma razón, la sociedad ahorraría grandes cantidades de dinero que serían redestinados a otras áreas necesitadas.
• Pastillas para los malestares del estrés ya no serían negocio, porque la gente padecería muy poco de este mal. Por lo tanto, la industria farmacéutica dedicaría todo su presupuesto a la investigación de enfermedades no curables y al desarrollo de medicamentos basados en la naturaleza y una ciencia genética manejada con sabiduría y responsabilidad.
• Las fuerzas armadas ya no estarían armadas porque existiría paz verdadera. Sin embargo, cada individuo de la sociedad tendría, como ciudadano, el deber de prestar dos años de su vida en las FNAN (Fuerzas No Armadas Nacionales). Allí trabajaría en proyectos sociales, como por ejemplo la construcción de viviendas.
Quizás me pase de idealista o romántico. Quisiera ser optimista, pero es difícil, porque tengo que admitir que a veces dudo que nos quede suficiente tiempo. La memoria emocional colectiva está demasiado cargada. Mas no quiero deprimirme, aunque a veces, después de alguna consulta dolorosa, o después de algún noticiero lleno de niños muriendo en los brazos de sus madres, me pongo a llorar. Sin embargo, no nos queda otra opción que intentar hacer lo que sea posible dentro de nuestras posibilidades y zona de influencia.
- Fuente: Mi libro
"El Éxito es Ser Uno Mismo" (Edicones IESA 2005)