Pero ¿cuál es la diferencia entre sentirse superior e inferior? Mucha gente confunde la prepotencia con alta autoestima, o la denominan «un exceso de autoestima». La realidad es que las personas que tienen la necesidad de sentirse superiores a los demás, psicológicamente se sienten inferiores.
Su manera de evadir su realidad interior negativa y dolorosa es tratar de engañar a los demás, mostrando una «fachada» de fuerza y poder. Esta actitud forma parte de sus mecanismos psicológicos de defensa, mejor conocidos como la «coraza». Y logran engañar, no solamente a los demás, sino también a sí mismos.
La prepotencia y el complejo de inferioridad son entonces dos expresiones del mismo problema: inseguridad y baja autoestima. La persona con una autoestima alta no se siente ni superior ni inferior. Sabe que cada ser humano es único e irrepetible y simplemente no se compara con nadie. Esto es lo que los niños deben aprender.
Características de una persona con complejo de inferioridad/superioridad (baja autoestima):
• Querer tener siempre la razón
• Enojarse con suma facilidad
• Necesidad obsesiva de «ser más» que los otros, de «valer más»
• Necesidad obsesiva de controlar dictatorialmente las situaciones
• Ambición agresiva
• Abuso de poder, conductas autoritarias
• Dificultad y resistencia para aceptar los propios errores
• Perfeccionismo
• Comportamientos rígidos e inflexibles
• Intolerancia a los desacuerdos
• Conductas defensivas sin causa proporcionada
• Tendencia a etiquetar negativamente a los demás
• Bromas hirientes, repetidas con insistencia
• Personalidad sumisa y tímida
• Personalidad arrogante y prepotente
• Miedo y resistencia al cambio
• Miedo escénico
• Inseguridad en situaciones sociales
¿Te reconoces en algo de esto?
La base fundamental de una alta autoestima se desarrolla en la infancia. Depende de la capacidad de los padres, educadores y otros adultos de dar amor incondicional y poner límites con una firmeza respetuosa que no humilla, asusta, acusa o averguenza.
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