¡El Amor es Rey!

Hoy en día, estoy escuchando muchos podcasts interesantes, especialmente en YouTube. Algunos de los podcasters son cristianos que a veces usan el lema “Cristo es Rey”. Si el propósito principal de su trabajo es promover la tolerancia, el entendimiento, la bondad, la compasión, la colaboración y la unidad en el mundo (lo cual realmente creo que están tratando de lograr), en mi opinión, usar el lema “Cristo es Rey” no es muy útil.

Entiendo que esta afirmación es una expresión profundamente sentida y significativa de la fe de los podcasters, por lo que no creo que la estén utilizando con la intención consciente de excluir o menospreciar otras creencias o perspectivas del mundo.

Sin embargo, sigo creyendo que puede ser fácilmente percibida e interpretada como un acto de arrogancia, que provoca intolerancia, separación y conflicto. A lo largo de la historia, las afirmaciones religiosas de superioridad se han utilizado para justificar la opresión, la violencia e incluso la guerra. Este bagaje histórico hace que la declaración “Cristo es Rey” sea particularmente sensible y potencialmente inflamatoria.

Arrodillandose

En la época medieval, una persona que no se arrodillaba frente al rey era considerada "insubordinada", "desafiante", "rebelde" o incluso "traidora". Si el rey tenía el papel de gobernante divino o sumo sacerdote, alguien que se negaba a arrodillarse podría ser llamado "hereje" o "blasfemo".

Si “Cristo es Rey”, ¿no implica eso que, a menos que te arodilles ante Cristo y lo reconozcas como tu rey y salvador, es decir, a menos que seas o te conviertas en cristiano, eres un marginado y una persona espiritualmente inferior sin conexión con Dios? ¿Y no es esa una actitud de arrogancia e irrespeto que provoca conflicto?

El fanatismo - un virus mental mortal

Defino a un fanático religioso como cualquier persona que cree que su religión o fe es el verdadero y superior camino espiritual, y que los seguidores de cualquier otra religión o sistema de creencias necesitan "salvación" porque están perdidos en un camino falso, equivocado o inferior.

La frase "Cristo es Rey" puede ser fácilmente percibida como un insulto por aquellos que juran lealtad y se arrodillan ante otros "reyes". Esto alimenta el conflicto, ya que muchos de estos individuos también utilizan lemas excluyentes e insultantes, proclamando a su propio rey como el "único verdadero rey".

A lo largo de gran parte de la historia humana, los lemas que enfrentan a un "rey" contra otro han causado un sufrimiento inmenso. Este virus mental es el más letal en la historia de la humanidad, creando la pandemia más duradera que aún continúa hoy. ¿No crees que ya es hora de detenerlo?

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Dios es Amor

La Biblia dice: “Dios es amor”. Para mí, esto implica que las palabras "Dios" y "Cristo" pueden considerarse sinónimos de "amor". Creo que nuestro propósito espiritual compartido es convertirnos en expresiones humanas de Dios o Cristo al encarnar el amor. Esto implica un viaje continuo y un proceso de aprendizaje permanente para mejorar nuestra capacidad de tratarnos a nosotros mismos y a los demás con cada vez más compasión, bondad y comprensión.

Las expresiones humanas del amor

En nuestra interacción humana, el amor (o Dios) se hace visible cuando nuestro comportamiento está alineado con lo que llamamos nuestros valores. Nuestros valores comunes son principios y estándares que trascienden las diferencias culturales, nacionales y personales. Forman la base del comportamiento ético y la armonía interpersonal, y representan un hilo unificador que conecta a la humanidad.

La siguiente es una lista de lo que generalmente se consideran nuestros valores humanos comunes:

1. Respeto por la Vida y la Dignidad
- Respeto por todos los seres humanos y su dignidad inherente.
- Valorar la vida y esforzarse por prevenir el daño o el sufrimiento innecesario.

2. Compasión y Empatía
- Preocuparse por el bienestar de los demás.
- Entender y compartir los sentimientos de otros.

3. Honestidad e Integridad
- Ser veraz y sincero en acciones y palabras.
- Mantener principios morales de manera constante.

4. Justicia y Equidad
- Tratar a todos por igual y con equidad.
- Respetar el estado de derecho y garantizar la rendición de cuentas.

5. Libertad y Autonomía
- Respetar el derecho de las personas a tomar sus propias decisiones.
- Valorar la libertad de pensamiento, expresión y acción.

6. Bondad y Generosidad
- Ayudar a otros sin esperar nada a cambio.
- Compartir recursos, tiempo y apoyo con quienes lo necesitan.

7. Unidad y Solidaridad
- Trabajar juntos hacia objetivos comunes.
- Apoyarse mutuamente en momentos de necesidad.

8. Tolerancia y Apertura Mental
- Aceptar y respetar las diferencias en los demás.
- Estar dispuesto a escuchar y comprender perspectivas diversas.

9. Responsabilidad y Rendición de Cuentas
- Asumir la responsabilidad de las propias acciones y sus consecuencias.
- Actuar con consideración hacia los demás y el medio ambiente.

10. Gratitud y Humildad
- Estar agradecido por lo que se tiene y por la bondad de otros.
- Reconocer las propias limitaciones y aprender de los demás.

11. Amor y Perdón
- Valorar las relaciones y expresar afecto.
- Dejar atrás la ira y el resentimiento para fomentar la paz.

12. Curiosidad y Aprendizaje Permanente
- Buscar conocimiento y comprensión.
- Fomentar la innovación y el crecimiento.

13. Cuidado del Medio Ambiente
- Respetar y proteger el mundo natural.
- Actuar de manera sostenible en beneficio de las futuras generaciones.

14. Coraje y Perseverancia
- Enfrentar los desafíos y la adversidad con fuerza y determinación.
- Defender las propias creencias y valores.

15. Felicidad y Plenitud
- Buscar la paz interior y el bienestar.
- Contribuir a la felicidad de los demás.

La Regla de Oro

Estos valores también representan el principio más consistente, prevalente, universal y ético en la historia: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti”. Esto se llama, como seguramente sabes, La Regla de Oro, también conocida como La Ética de la Reciprocidad.

¿Sabías que la sabiduría de la Regla de Oro es compartida por el cristianismo, el judaísmo, el islam, el hinduismo, el budismo, el sijismo, la fe Bahá'í, el confucianismo, el taoísmo, el jainismo, el zoroastrismo, así como por muchas espiritualidades indígenas y nativas, el humanismo y sistemas éticos seculares?

Soy un médico y psicoterapeuta de 71 años que ha vivido, estudiado y trabajado en muchos países en diferentes partes del mundo. La lección más importante que me han dado mis experiencias de vida es que los seres humanos, debajo de una muy delgada capa de diferencias, estamos todos conectados, y todos buscamos el mismo bienestar, el mismo amor y la misma plenitud espiritual.

He visto que los valores mencionados anteriormente (el amor) han sido expresados por tantas personas diferentes de tantos caminos espirituales distintos, que mi conclusión obvia y lógica es que no necesitas ser cristiano para convertirte en una expresión humana de Dios.

La Regla de Oro es un principio no teológico que ni menciona a Dios ni está necesariamente identificado con las escrituras o doctrinas de ninguna religión en particular. Por lo tanto, puede practicarse sin ningún compromiso religioso. Eso significa que cualquiera puede aprender a ser “como Cristo”, amoroso, atento y compasivo, incluyendo a aquellos que niegan la existencia de Dios.

La Solución

Aunque la forma en que se utiliza la afirmación “Cristo es Rey” y la intención detrás de ella impactan significativamente cómo se percibe, estoy convencido de que cambiarla, al igual que cualquier declaración similar de otras religiones, contribuiría enormemente a nuestros esfuerzos por erradicar la mentalidad fanática y mejorar el nivel de tolerancia y la convivencia pacífica en el mundo.

Tengo dos sugerencias:

1. Para aquellos que consideran “imposible” dejar de usar la afirmación, añadan la palabra ‘mi’: “Cristo (o quien sea que consideren rey) es MI Rey”. Al menos eso reducirá su tono arrogante e irrespetuoso.

2. Recomiendo encarecidamente usar “El amor es Rey”. Este es un lema totalmente inclusivo y unificador. ¿Cómo podría alguien discutir con eso o generar un conflicto a partir de ello?

Cuando alguien me pregunta sobre religión, suelo responder lo siguiente:

“El nombre de tu fe o religión no tiene importancia.
Si el amor es visible en tus palabras y acciones,
estás en el camino correcto”.

¿Está tu vida y trabajo enfocados en mejorar tu práctica de la Regla de Oro? Ninguno de nosotros es perfecto, y es fácil fallar, así como también es muy fácil fingir, por lo que debemos trabajar en ello cada día. Todo comienza con aprender a amarnos a nosotros mismos. La psicoterapia y la meditación pueden ser de gran ayuda en este proceso.

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¡¡EL AMOR ES REY!!

Algunos de los podcasters que estoy escuchando son cristianos que a veces usan el lema “Cristo es Rey”. Si el propósito principal de su trabajo es promover la tolerancia, el entendimiento, la bondad, la compasión, la colaboración y la unidad en el mundo (lo cual realmente creo que están tratando de lograr), en mi opinión, usar el lema “Cristo es Rey” no es muy útil.